Un 25 de noviembre (de 1960) las hermanas Mirabal: Minerva, María Teresa y Patria, conocidas como las mariposas, fueron asesinadas en República Dominicana por orden del dictador Trujillo.
El dictador supuso que con la desaparición de las hermanas terminaba también con cualquier intención de vuelo. Todo lo contrario. La muerte de las mariposas batió las alas de un pueblo que apoyó sus ideales y se levantó contra la dictadura, que finalmente cayó y culminó con el asesinato de Trujillo en mayo del 1961.
En 1981 durante el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se propuso que el 25 de noviembre fuera el día de lucha contra la violencia hacia las mujeres. Luego de esa propuesta las latinoamericanas no abandonaron las calles y cada año se manifestaron contra cualquier tipo de violencia ejercida contra las mujeres. En 1999, la ONU declaró el 25N como el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Cada acción tiene un efecto, al igual que el revoloteo de mariposa en una parte del planeta puede ocasionar un tsunami en otra, un acto de resistencia, por pequeño que parezca, puede generar una ola de rechazo en el mundo, marcando el principio del fin de una tiranía.
Hoy...como las mariposas, seguimos en un proceso infinito por conseguir llegar a la cuarta etapa: VOLAR.
La Oruga, acorazada en la fase de Crisálida, se siente cuidada y a salvo, pero en el momento en que su proceso es transparente, ronda, como bestia desalmada, el cazador de mariposas que le dirá que se ha equivocado, que no volverá a ocurrir, que pide perdón con sangre en las manos y Ella, creyendo que la igualdad se ha conseguido, aún no desplegará sus alas.
Y otra vez volver a la casilla de salida, con el alma rota, el corazón desgarrado. Acumulamos la fuerza de siglos de pura lucha por sobrevivir, por VOLAR.
En cualquier tiempo, tan sólo con un pequeño conato de crisis, lo primero que se pierden son los derechos feministas.
Nos pretenden deslumbrar con las brillantes luces de un cine de verano que dura apenas un mes y medio. Pero, enseguida, el acomodador del sistema, busca el resquicio más repugnante para decirnos que no tenemos derecho a decir SÍ, para recordarnos que no nos van a dejar VOLAR.
La violencia sobre las mujeres se ejerce, muchas veces, disfrazada de la palabra amor: “Porque la quería” “Porque era mía” “Por su bien” “Porque los celos me nublan” “Porque sólo pienso en ella” “Porque es la reina de mi casa”…
En definitiva: EL MACHISMO MATA A LAS MUJERES, con la complicidad de una sociedad que prefiere mirar hacia otro lado. Debemos levantar la voz contra todo tipo de violencia machista normalizada. Denunciar, visibilizar, sororidad combativa.
No queremos rosas sobre una tumba. Queremos flores visitadas por mariposas que le den color a la vida. Porque esa es nuestra fuerza: VOLAR.
Salgamos a las calles otro 25 de noviembre para seguir denunciando la violencia sobre las mujeres. Salgamos para no olvidar a todas las Hermanas Mirabal de este mundo. Salgamos para luchar por nuestros derechos. Salgamos a VOLAR.
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