Contra el odio, derechos

Las últimas elecciones municipales en Rubí dejan un pleno que plantea retos de gobernabilidad, pero, al mismo tiempo, hay una composición clara en relación con el eje izquierda-derecha. La mayoría progresista es contundente: 18 de los 25 regidores pertenecen a ese ámbito ideológico a pesar de las diferencias innegables que nos identifican. Los planteamientos reaccionarios y neoliberales siguen siendo minoritarios.

Es necesario que desde esa mayoría progresista se alcance un acuerdo para dejar un mensaje muy claro a la ciudadanía: hay valores morales y principios que nos unen y que debemos proteger. Valores y acciones que no podrán debilitar aquellos que no tienen problemas en desmantelar los servicios públicos y eliminar derechos.

Desde En Comú Podem proponemos un Pacto por los Derechos para Rubí que blinde las conquistas sociales, garantice los derechos fundamentales y defienda un modelo de sociedad diverso y democrático. Un acuerdo para frenar el odio que rompe, el racismo, el machismo, la homofobia, el negacionismo climático y reforzar las acciones dirigidas a reforzar los derechos fundamentales. Un acuerdo especialmente necesario además en el contexto de la amenaza reaccionaria que representaría un cambio de gobierno central como resultados de las elecciones del próximo 23 de julio.

Desde En Comú Podem haremos llegar en los próximos días un documento base al resto de formaciones que contendrá propuestas de acción en las siguientes líneas: derecho a la energía, derecho a la vivienda, derecho a la salud, prevención del fracaso y la segregación escolar, contra el negacionismo climático, prevención y de la lucha contra la homofobia, el machismo y la xenofobia. Por supuesto, un documento base que será un punto de partida para trabajar una propuesta final consensuada.

Este pacto debe ser además un antes y un después en la dinámica de relación entre los grupos municipales progresistas, dejando atrás el enfrentamiento destructivo, de inquinas personales y de ausencia de elementos de negociación y de acuerdo. Nuestra obligación es ser útiles a la ciudadanía y para ello no queda otra vía que la de la escucha, la humildad y las acciones con impacto real en las personas de nuestra ciudad. Empeñarnos en la dialéctica de descalificaciones y reproches solo servirá para alimentar a los que desprestigian la política y hacen de la demagogia su caballo de batalla.

Nuestro espacio político lo tiene claro, por mucho que los resultados electorales hayan estado lejos de nuestras expectativas, no estamos aquí para ocupar un rinconcito del pleno desde el conformismo y hacer una moción al mes. Estamos en política para ser útiles, para liderar cualquier iniciativa propia de nuestra identidad. No olvidamos que somos los del trabajo, diálogo y soluciones.

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