Que la tierra te sea leve S.T.T.L.

Este epitafio romano se grababa en las lápidas de los difuntos, un deseo de buena suerte, de trascendencia rápida y fructífera hacia la otra vida. A la vez que una manera de asegurarse que a pesar del tiempo transcurrido el difunto, seguiría perteneciendo a la historia.

Los rituales fúnebres son tan diversos como culturas hay en el mundo. El que nos tocó “en suerte”, el occidental, es el reflejo de nuestra sociedad: ¡una jodida tortura!

Parte esencial de este es aferrarse a lo material, al féretro, a la tumba (a ser posible con muchas flores), al cuerpo de la persona muerta, a sus objetos. Eso tan posesivo de nuestra sociedad, retener ¿para qué? A corta edad ya se nos dejan claras las “reglas del juego”, ¿no? La muerte es parte de la vida. Sin contrato de permanencia. De momento, esta es la información (contrastada) de la cual disponemos.

Aspiramos como personas, y como sociedad, no sólo a tener una vida digna, sino a una muerte digna también. No morir en un bombardeo en Gaza, ni en un cayuco que intenta cruzar el Mediterráneo, ni en una cuneta, sin nombre ni patria. Hay muertes evitables, hay muertes que indignan…

En esta era D.C. (después del Covid) nos ha tocado adaptarnos al cambio de muchos hábitos, uno de ellos: el duelo. Sin abrazos, con aforo y tiempo limitado, con urnas y despedidas por videollamadas…

Hoy le ha tocado a mi familia, hoy toca enterrar al ABU.

En mi caso el sepelio será “abstracto” no estaré allí para el ritual fúnebre. Lo cierto es que jode bastante… En estos casos se suele recomendar “re-agendarlo” para “cuando se pueda”, “cuando estemos vacunados”. De momento “apechuga” con WhatsApp (en caso de familias extensas, Zoom).

Como envidio a los budistas ¡en este momento! Sin dramas judeo-cristiano de ¡tanto llanto y bajón! Como decía Eduardo Galeano: “no creo en ningún Dios, pero si creyera en alguno sería en uno que le guste el vino y el baile”. Lanzo la idea para las empresas funerarias: si la persona ha tenido una vida alegre (y una muerte digna) funeral festivo donde cada una de las personas allegadas reciba un kit que incluya: vídeo, fotos, música y bebidas preferidas de nuestro ser querido. Link de un foro debate donde se tratarán las mejores anécdotas (se accederá con contraseña, cotillas abstenerse).

Epitafio: Que el tango y los goles de Peñarol te acompañen ¡siempre!

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